domingo, 15 de diciembre de 2013

Admiro a los ALQUIMISTAS DE PALABRAS


Así llamo a aquellos poetas, escritores que combinando de modo tan singular las palabras, las transforman como si fueran oro ó plata

Logran llegar  más allá de la razón, encontrándote en la profundidad de una intimidad bien guardada

Despiertan la sensibilidad, alegrías, vergüenzas y también secretos que no has confiado ni a tu almohada

Estremecen sus verdades, sus palabras, esas que van directo al lugar donde ese otro te encuentra al desnudo, donde  yace tu esencia y hasta pedazos de tus historias arrumbadas por el peso del dolor o la decisión de olvidarlas.

Y en un momento en que termina el año, es habitual encontrarnos “reflexionado” sobre un ciclo que termina llevándose con él buenas y malas.

Tiempo de despedir y también de dar la bienvenida.  Qué curioso cómo siempre se encuentran los extremos a lo largo de la vida!

Y en este acto de recorrer, cerrar capítulos y empezar agendas nuevas elijo este poema

Tal vez te lleve (como lo hizo conmigo) a pensar o mejor dicho a sentir  la ALQUIMIA DE SUS PALABRAS:

“Reflexiones” -  Autor: Carlos Alberto Boaglio

"...Que tu reflexión sea, siempre, más rápida que tu lengua" 

Si perdemos la capacidad de asombro y la capacidad de emocionarnos, la rutina se instalará en el alma y sólo seremos absurdos autómatas repitiendo, casi por inercia, cada uno de los actos de nuestras vidas. 

La realidad tiene mil formas. Es de sabios saber observarla. 

Si hoy tienes en tus manos un ramillete de flores frescas, no pienses en ellas cuando estén marchitas. 

La orientación de nuestros pasos debe estar guiada por la brújula de nuestras convicciones. 

La verdad hace equilibrio en la cuerda floja de la discrepancia. 

En la hamaca de la vida se columpia el tiempo. 

Un rayo de luz que entra por el ojo de una cerradura puede iluminar el cuarto más oscuro. 

El alma es un finísimo cristal que se balancea misteriosamente en el interior de cada ser.   Si el alma duele; duele todo. 

El mejor encuentro que podemos tener en nuestro viaje es el encuentro con nosotros mismos. 

Hay dolores que no se curan con perdones. 

Postergar no significa claudicar. Conceder no significa renunciar. 

Una hoja de un árbol cae para que nazca otra nueva. 

Hay personas que se involucran con la realidad; otras, simplemente la observan y otras, la niegan constantemente. 

El río de la vida tiene trayectos de remansos y turbulencias. En una pequeña embarcación, frágil y vulnerable, viajamos los hombres con el bagaje de  nuestra propia y única historia

De los que me dañaron aprendí lo que nunca debo hacer. 

Es ante la desesperación cuando el ser humano desnuda toda su grandeza o toda su miseria. 

La tijera de la dependencia económica corta, con sutileza, la tela de la libertad interior. 

De vez en cuando, y tal vez más seguido, deberíamos realizar acciones que valgan la pena poder compartirlas. 

Una buena envoltura no garantiza la dulzura del caramelo. 

Mientras el sol se esconde, la noche pone en marcha su proyecto. 

Los árboles de tronco delgado, también proyectan su sombra. 

Una taza de café humeante es, siempre, una invitación, que convida a compartir un cálido momento

De vez en cuando, y tal vez más seguido, deberíamos realizar acciones que valgan la pena poder compartirlas. 

Una buena envoltura no garantiza la dulzura del caramelo. 

Mientras el sol se esconde, la noche pone en marcha su proyecto. 

Los 
árboles de tronco delgado, también proyectan su sombra. 

Una taza de caf
é humeante es, siempre, una invitación, que convida a compartir un cálido momento.


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